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En cuestión de segundos, Carla Suárez puso en riesgo su vida y la de toda su familia. Ante premura de llegar rápidamente a su lugar de destino, optó por incrementar la velocidad del vehículo con el que transitaban por una de las vías del departamento. Sin embargo, no tuvo la pericia necesaria para poder esquivar a un vehículo que se parqueó en una zona no autorizada, por lo que terminó saliéndose de la vía.

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“Volvimos a nacer. Fue una situación que puso en riesgo la salud de mis padres y otro familiar debido a que fue un choque bastante aparatoso, pero gracias a Dios quedamos para contar la historia y eso es algo de lo que no muchos tienen suerte”, dijo Suárez.

Sin embargo, la misma suerte no tuvo Tatiana Jiménez. Pocos días del año habían transcurrido y esta mujer perdió la vida en el kilómetro 1 de la vía que conduce del municipio de Usiacurí a Baranoa tras la colisión de la moto en que se movilizaba con una camioneta.

En las vías del Atlántico, las imprudencias de los actores viales siguen generando siniestros viales. El desconocimiento de las normas o andar con exceso de velocidad son algunos de las causas más recurrentes de estos casos, cobrando la vida de personas de todas las edades.

Las cifras

De acuerdo con las estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), entre enero y diciembre del año anterior, en las vías del departamento se han registrado 270 víctimas en siniestros viales, lo que representa 22 personas menos en comparación al mismo periodo del año anterior.

De acuerdo con la entidad, 158 de las personas que han perdido la vida corresponden a usuarios de motos, 74 peatones, 13 usuarios de vehículo individual, 9 ciclistas, 8 usuarios de transporte de carga, 6 de transporte de pasajeros, 2 de otro tipo de vehículo.

En cuanto a Barranquilla, entre enero y diciembre se registraron 121 personas víctimas en siniestros viales, cifra que corresponde a 15 personas menos en comparación al mismo periodo del año anterior.

De las 121 personas que fallecieron en la capital del Atlántico, 59 fueron usuarios de motos, 44 peatones, 3 usuarios de vehículo individual, 8 ciclistas, 3 usuarios de transporte de carga, 3 de transporte de pasajeros, 1 de otro tipo de vehículo.

Las cifras evidencian que los motociclistas continúan siendo el actor vial más vulnerable a la hora de presentarse un siniestro.

La Agencia Nacional de Seguridad Vial revalidó que el exceso de velocidad, la omisión de las normas de tránsito, el no uso o uso inadecuado de Elementos de Protección Personal (EPP), el no uso o uso inadecuado de espejos y luces y la conducción bajo el estado de embriaguez son las imprudencias viales más comunes.

Por tal motivo se han desarrollado diversos proyectos en seguridad vial con el objetivo de capacitar y sensibilizar a los distintos actores viales a través de la pedagogía.

Entre estas acciones se destacan la estrategia de intervención a municipios, que incluye control, pedagogía y seguimiento, así como los programas Motodestrezas y Bicidestrezas.

Desde la entidad también se cuenta con el Grupo de Operaciones Especiales en Seguridad Vial (GOPES VIAL), así como se implementó una estrategia integral para la promoción de la seguridad de niños, niñas y adolescentes (NNA).

Asimismo, extendió la recomendación para que al momento de conducir, se gestione adecuadamente la velocidad, respete las normas de tránsito, evite el consumo de sustancias psicoactivas y/o embriagantes, prevenga distracciones al conducir, evite maniobras peligrosas, utilice elementos de protección personal y de seguridad pasiva, entre otras.

La visión de los expertos

Julián Arellana, experto en movilidad y transporte, dijo que para prevenir las imprudencias viales se debe adoptar un enfoque holístico y proactivo que considere diferentes factores de riesgo y se vincule a diferentes actores, entre ellos la comunidad.

“Este enfoque debe considerar estrategias de gestión de velocidad mediante la fiscalización en puntos críticos y usando dispositivos móviles. Dado que la mayor cantidad de muertes en siniestros viales son usuarios vulnerables como motociclistas, ciclistas, y peatones”, dijo.

Sostuvo, además, que “se debe trabajar en la provisión de infraestructura dedicada para estos usuarios, establecer pasos seguros (semáforos y reductores de velocidad), así como realizar campañas de educación para educar a conductores y otros actores a cómo comportarse de forma segura en el espacio vial”.

Resaltó la necesidad de que dentro de las campañas de fiscalización y las de educación vial se debe hacer énfasis en el uso de dispositivos de seguridad vial mientras se conduce y en el comportamiento en el espacio vial.

“Se debe reforzar lo anterior con la provisión de adecuada infraestructura y el uso de la tecnología”, expuso.

Mientras que Isidro Ruiz Estrada, consultor en movilidad y seguridad vial, destacó que “para reducir la accidentalidad es fundamental combinar el control efectivo con la pedagogía. Hay que ejercer control y para ejercer control hay que fortalecer los cuerpos operativos de tránsito en los municipios del Atlántico y en Barranquilla”.

Acciones de las autoridades

Desde el Instituto de Tránsito del Atlántico se anunció una reevaluación de las estrategias, en el marco del plan de acción que se ha definido para el presente año. De esta manera se busca reducir la siniestralidad y mantener la tendencia a la baja en víctimas fatales en las carreteras.

“Actualmente llevamos a cabo acciones preventivas y campañas a lo largo del año, en fechas clave como Navidad, inicio de año, Carnaval, y vacaciones de mitad y fin de año. Estas campañas están respaldadas por los programas que realizamos en las instituciones educativas de los municipios, donde ofrecemos charlas sobre el comportamiento adecuado de los actores viales”, sostuvo la dependencia.

De igual manera, indicó que se ejecuta un programa de seguridad vial en todo el departamento a través de la demarcación, señalización y colocación de dispositivos de seguridad vial en todas las vías, lo que genera confianza y seguridad en los conductores.

“Creemos que las inversiones en seguridad vial son fundamentales y no debemos escatimar recursos en este aspecto”, agregó.

Además resaltó el trabajo que se realiza en conjunto con la Policía de Carreteras y las concesionarias de las principales carreteras, como la Vía al Mar, la Cordialidad y la Vía Oriental.

“Los sistemas tecnológicos, como las cámaras de seguridad vial instaladas a lo largo de la red vial nacional son de gran utilidad. Estas cámaras nos permiten controlar que los conductores tengan sus documentos en regla, como el seguro obligatorio y la revisión técnico-mecánica, lo que contribuye a una conducción más responsable”, afirmó.

También referenció que Soledad fue el municipio con mayor incidencia en la accidentalidad dentro del área metropolitana. En el resto del departamento, por su parte, Sabanalarga y Baranoa fueron los municipios con mayor número de accidentes. En cuanto a las vías nacionales, la Vía Oriental tuvo la mayor accidentalidad en 2024, seguida de la Vía Cordialidad y, finalmente, la Vía al Mar.

“Nos enfocamos en tres pilares fundamentales: educación, operatividad e institucionalidad. Estas acciones en conjunto han logrado que nuestro departamento registre una menor accidentalidad en comparación con otros departamentos de la región Caribe”, puntualizó.

A nivel nacional

Según las cifras preliminares del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, durante el año pasado fallecieron 8.271 personas por siniestros viales en el país, lo que corresponde a 134 casos menos que en 2023.

Los motociclistas fueron los actores viales con mayor número de fallecimientos, con 5.096, seguido de 1.827 peatones.

De acuerdo con dicha dependencia, entre enero y diciembre de 2024 se salvaron 117 vidas de motociclistas, 15 usuarios de vehículo y 40 ciclistas.

“La vida es lo primero y por ello todos los días aunamos esfuerzos para lograr que quienes salen de sus casas como actores viales, regresen a ella”, sostuvo, de forma reciente, Mariantonia Tabares Pulgarín, directora general de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

La funcionaria agregó que una de las prioridades corresponde a que “las vías sean un lugar seguro es un trabajo de todas y todos, por eso, seguiremos redoblando esfuerzos para llevar el mensaje de la seguridad vial a cada rincón y generar conciencia del cuidado de nosotros mismos y de los demás”.

La entidad también resaltó que 6 de los 12 meses del año anterior registraron reducciones significativas que en un promedio son del 9 %. El mes con mayor disminución en víctimas fatales de siniestros viales fue julio.

En Colombia, de acuerdo con las autoridades, los siniestros son la segunda causa de muerte violenta después de los homicidios.

Entre enero y diciembre de 2024, el 44 % de los casos de fatalidad por siniestros viales correspondió a personas entre los 15 y los 35 años.

En lo corrido del año anterior, en Antioquia se reportaron 1.093 fallecimientos por siniestros viales, mientras que en Valle del Cauca hubo 866. En Bogotá, por su parte, se contabilizaron 652 decesos.

En la región Caribe, el mayor número correspondió a Cesar con 295 casos, seguido de Bolívar (290), Córdoba (285), Magdalena (248), Sucre (134) y La Guajira (107). En San Andrés, por su parte, se contabilizaron 12 decesos en siniestros viales.

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Usuarios aseguran sentir temor en las vías de la ciudad

Algunos actores viales en Barranquilla indicaron que con frecuencia sienten temor de salir de sus casas y no saber si regresarán con bien debido a que, como usuarios, están expuestos a cualquier siniestralidad.

Mientras caminaba por el norte de Barranquilla, Karina Mendoza expresó que el año anterior iba hacia su gimnasio, ubicado cerca de su lugar de residencia, y por poco es arrollada por un vehículo cuyo conductor iba en aparente estado de embriaguez.

“Luego de que por poco me mata, se dio a la huida y nadie hizo nada. Se trata de algo que se ha normalizado dentro de nuestra cultura y no está bien”, verbalizó.

Asimismo, el usuario Luis Martínez contó que usaba su bicicleta como su medio de transporte alternativo para llegar hasta su lugar de trabajo; sin embargo, decidió dejar de hacerlo debido a que no sentía que en la infraestructura vial de la ciudad cuidara y garantizara su seguridad.

“Los carros particulares, taxis y ni hablar de los buses de transporte urbano andan como Pedro por su casa. Aquí no hay control de nada. Cuántos choques hay al día y cuántos exponemos nuestra vida por las impudencias de personas irresponsables”, comentó Martínez.

Los ciudadanos extienden el llamado a las autoridades de tránsito a implementar acciones que garanticen la seguridad de todos los actores viales que se movilizan por las diferentes vías nacionales, departamentales y locales.