El pasado sábado 22 de marzo se conmemoró en todo el planeta el Día Mundial del Agua, una nueva oportunidad para recordar y reflexionar sobre lo finito de los recursos hídricos con que contamos los humanos.
Los últimos estimativos del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos (publicado en este 2025) señalan que al menos 2.200 millones de personas –eso es el 27 % de la población mundial– carecían de agua potable “gestionada de manera segura” en 2022.
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Adicionalmente evidencia el informe que cuatro de cada cinco personas que carecían de los servicios básicos de agua vivían en zonas rurales.
Equiparando esa radiografía con la situación en Colombia, de los 1103 municipios que conforman el territorio nacional 668 en la zona urbana cuentan con una cobertura de acueducto entre el 90 % y el 100 %, lo que a simple vista muestra avances importantes y buenas cifras.
No obstante en lo atinente a las zonas rurales esa buena cobertura solo alcanza a 131 municipios, es decir el 11,87 % del país. Y en esa misma ruralidad hay 400 territorios municipales cuya cobertura es menor o igual al 30 %, lo que solo ratifica las grandes brechas sociales y de desarrollo que persisten en Colombia, sobre todo en un tema tan vital como el acceso al agua potable. Sin ahondar en la calidad del líquido que se logra suministrar.
Pero en medio de este panorama sobresale el Atlántico que alcanza una cobertura del 99 % en las zonas urbanas y que ha logrado ya alcanzar un 34 % de las zonas rurales.
Estrategias del departamento
Lady Ospina, secretaria de Agua Potable del Atlántico, sostuvo que el departamento ha implementado un sistema de agua potable que incluye 14 sistemas de acondicionamiento, lo que ha permitido alcanzar una alta cobertura en agua potable, especialmente en áreas urbanas y un 34 % en zonas rurales.
Señaló que desde 2015, se ha invertido más de $1.3 billones para fortalecer y ampliar estos sistemas, con la meta de alcanzar una cobertura universal de acueducto y alcantarillado para 2030.
En cuanto al Acueducto Regional del Norte, mencionó que este sistema se conecta con el acueducto en Barranquilla y abastece a varios municipios. Actualmente, el 53 % de su construcción está completada, con proyectos en ejecución para mejorar el abastecimiento de agua tratada en la región.
Por otro lado, destacó la labor que realizan los Guardianes del Agua, la cual enmarca los espacios de capacitación que se desarrollan a nivel de instituciones educativas con grupos ambientales ya conformados, estudiantes y docentes, paralelamente al Plan Departamental de Agua en el Atlántico.
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Confirmó que cuando se entrega una obra de la Gobernación en materia de agua potable o saneamiento, se suma la Escuela del Agua con una pedagogía muy práctica en la que también participan los operadores que reciben la obra y autoridades que atienden a la comunidad como alcaldías, Policía Nacional y la Corporación Regional Autónoma del Atlántico (CRA) que orientan en la pedagogía del buen uso y cuidado del agua.
Segundo en el país
De acuerdo con el Índice de Planes Departamentales para el Manejo Empresarial de los Servicios de Agua y Saneamiento (IPDA) del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Atlántico es el segundo departamento del país con la mejor calidad en la prestación del servicio de acueducto al obtener 91,6 de 100 puntos posibles, siendo superado solamente por Cundinamarca, en el informe más reciente publicado en 2023 y que recoge las cifras de 2022.
Un actor clave en este proceso es la empresa Triple A, que ha logrado avances relevantes en la gestión y suministro de este recurso vital a más de 2.8 millones de habitantes en el departamento. A través de una extensa red de más de 3.900 kilómetros de tuberías, la compañía trabaja constantemente para garantizar el acceso al agua potable en la región.
Uno de dichos avances, según la compañía, ha sido contar con un Índice de Continuidad promedio de 23.8 horas por día, lo que asegura una prestación continua y confiable del servicio de agua potable, contribuyendo al bienestar de las comunidades.
Y parte de la clave para estos resultados fue el constituirse como un mercado regional. El liderado por Triple A es uno de los cuatro mercados regionales que operan en Colombia –los otros son en Antioquia con EPM, Valle del Cauca con Acuavalle y Caldas con Empocaldas–.
En el caso de la empresa que opera desde Barranquilla, el mercado regional fue declarado con la Resolución 701 de 2014 de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico y está integrado por 19 APS (áreas de prestación del servicio), con lo que se ha conseguido mejorar las coberturas, garantizar continuidad, calidad y disminución de las pérdidas.
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En materia de calidad, el Atlántico, conforme al IRCA, que es el Índice de Riesgo de la Calidad del Agua para el Consumo Humano, ubica a 10 de sus 23 municipios sin riesgo, cuatro en bajo riesgo, tres en riesgo medio y solo uno en alto riesgo. Lo que se traduce en unas óptimas condiciones, en su mayoría, del agua que reciben los atlanticenses.
Tratamiento responsable
El principal operador del servicio de acueducto en el Atlántico, Triple A, distribuye el agua potable a 15 municipios del Atlántico utilizando estaciones de bombeo que requieren gran cantidad de energía, dado que la geografía del departamento es multicota, lo que implica transportar el agua a diferentes alturas. En total, hay aproximadamente cuatro mil kilómetros de red de tuberías para este suministro.
Barranquilla, Puerto Colombia, Soledad, Galapa, Tubará, Juan de Acosta, Usiacurí, Piojó, Sabanalarga, Ponedera, Sabanagrande, Santo Tomás, Baranoa, Polonuevo y Palmar de Varela son los territorios que la empresa de servicios públicos tiene a su cargo para brindar el servicio de acueducto.
Enrique Cerón, gerente de Operaciones, indicó que la empresa cuenta con cuatro estaciones de tratamiento y catorce plantas que captan agua cruda del río Magdalena, aproximadamente ocho o nueve metros cúbicos por segundo.
Asimismo, sostuvo que el proceso de tratamiento incluye etapas como la decantación y desinfección antes de almacenar el agua tratada, lo cual genera tranquilidad a la hora de que un ciudadano pueda usar el líquido directamente desde la llave, un lujo que no todos los territorios puedan darse.
“El tratamiento se clasifica en varios procesos, desde que entra el agua cruda a nuestras plantas hasta su salida hacia los tanques de almacenamiento y el bombeo. Son procesos que comprenden desde la decantación hasta la desinfección del agua que se capta en el río Magdalena”, dijo Cerón.
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Agregó que a diferencia de otros sistemas de acueducto en Colombia, el del Atlántico tiene una geografía con múltiples alturas en los municipios en los que opera el servicio. Por lo que se necesitan grandes cantidades de energía y estaciones de bombeo para poder llevar el agua desde el punto de captación hasta las comunidades.
“Las cantidades de energía deben estar garantizadas para poder realizar nuestros procesos. La autosuficiencia de la energía se realiza con sistemas de autogeneración de energía a gas natural ya que tenemos generación de 14 megavatios instalados en la planta principal y en torre de bombeo”, sostuvo.
Cerón mencionó que es importante reconocer que la calidad del agua puede verse afectada abruptamente por la volatilidad que tiene en el río Magdalena. Por ello desde el centro de operaciones ingenieros monitorean y gestionan procesos las 24 horas del día para garantizar no solo el suministro del líquido, sino su calidad. “Sin este centro, habría que asignar más personal en diversas locaciones, lo que ralentizaría la respuesta ante contingencias en el servicio de agua potable y alcantarillado”, detalló.
