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La sorpresa fue mayúscula cuando se dieron cuenta. Luego de varias décadas y solo por el espíritu de preservar una obra de arte, los arquitectos, ingenieros y obreros que terminan por esta fecha la recuperación del edificio de la facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico en Barranquilla se encontraron con una verdadera joya: un fresco estilo figurativo abstracto pintado de forma horizontal a cuatro manos, un par de ellas del irrepetible maestro Alejandro Obregón.

El artista fue director y profesor de la escuela de Pintura de la Universidad del Atlántico entre 1962 y 1963, época en la cual compartió con muchos estudiantes. Incluso, algunos tuvieron el honor de colaborar con el maestro.

Varias de esas obras quedaron datadas para la posteridad y fueron consignadas en la bitácora de la facultad. Sin embargo, otras se perdieron.

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En la mañana del pasado 15 de julio, el arquitecto Luis Eduardo García Pacheco, del equipo de interventoría en las obras del edificio de Bellas Artes, anunció que había sido posible identificar una.

“Hemos descubierto que este mural fue pintado por el maestro Obregón. Realizamos el proceso de investigación y lo comparamos con una fotografía de la época, donde está la pintura y se alcanza a ver en la esquina la firma del maestro y su alumno”, explicó.

Se borró la rúbrica

La obra corresponde a varias figuras danzando grácilmente, alguna de ellas sostenidas incluso por una mano gigante. Los rostros de los mismos no están bien definidos, pero hay uno que si impacta por encima de los demás, es prácticamente el único al que se le dio personalidad.

Esa cara resultó ser nada menos que un autorretrato de Alejandro, quien ‘donó’ su rostro a la pieza, por decirlo así. Pese a esa seña de identidad, por mucho tiempo, la obra estuvo descuidada y sin ser atribuida.

La razón por la que nadie tenía el registro de esta de la colaboración de Obregón es que el costado inferior izquierdo de la pintura, donde estaba la firma del maestro y su alumno, se fue borrando por el paso de los años.

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“En el análisis, cuando decidimos hacer las fichas de valoración con el especialista de bienes muebles, que es una persona especializada en eso, le llamó mucho la atención la cara y empezó a hacer las investigaciones en las anotaciones de Obregón y encontró que es una obra que el maestro hizo a cuatro manos, o sea, no es una obra exclusiva de él, sino que él hizo su aporte cuando fue director dentro de la facultad”, explicó el arquitecto García Pacheco.

Según los estudios preliminares, la obra está datada en la época en que estuvo dirigiendo la escuela de pintura: “Estamos hablando de 1962 o 1963. Lógicamente, con esto toca entrar en un proceso de investigación, de estudios pictóricos y tener el dato más exacto, y bueno, lo importante es recuperar la firma del maestro”.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOEl ingeniero Luis García explicó la historia del fresco elaborado por Alejandro Obregón y Eiver Moya.

El experto destacó que la existencia de la fotografía en la cual todavía se alcanzan a ver las firmas posibilita el proceso.

“Si me preguntas como arquitecto restaurador, yo le reincorporaría la firma del maestro. Fue una gran sorpresa encontrarse eso en este lugar. No pensábamos que íbamos a encontrar algo así, sabíamos que Obregón había estado aquí, pero no sabíamos que íbamos a poder encontrar una obra en donde él participó”, dijo.

El valor de la restauración

Así como esa, otras obras fueron encontradas en medio del proceso de intervención y hay varias esculturas que también están esperando entrar al proceso de restauración.

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Sin embargo, el director de Planeación de la Universidad del Atlántico, Carlos Hernández, detalló a EL HERALDO que este proceso requiere de una inversión considerable.

“Entre esculturas y obras son como 600 millones de pesos”, expuso el funcionario, quien explicó que la cifra que se obtuvo tras haber consultado con el especialista en restauración Salim Osta y su empresa Grupo Conservar, que ya hizo el proceso de restauración de un mural de Obregón en la carrera 53 con calle 76, que sirve como marco de referencia.

“Bellas Artes tiene muchas obras icónicas que deben ser intervenidas por un restaurador certificado y que tenga experiencia en este tipo de obras. Y para poder hacer ese proyecto estamos tocando las puertas de la Secretaría de Cultura, tanto departamental como distrital, para ver si podemos hacer una alianza, que nos apoyen con los recursos”, añadió Hernández.

Finalmente, el rector de la Uniatlántico, Danilo Hernández, destacó que la obra entra a complementar un ambiente que llama el interés las productoras de televisión: “Esto es una obra maravillosa estéticamente, es una obra de gran factura, patrimonial, histórica. Por ejemplo, Netflix quiere hacer unas filmaciones de una serie”.

El directivo extendió la invitación a la ciudadanía para que, tras la apertura del edificio, en el mes de agosto, se acerquen a conocer esta obra de arte.

“Esperamos que toda la comunidad nacional e internacional que vengan a Barranquilla puedan visitar esta obra como ustedes la ven, que es una obra que es bellísima. Y por supuesto que también sirva para que los grandes artistas de nuestra región aquí se formen y se inspiren a partir de este paisaje, de estas condiciones estéticas y físicas”, puntualizó.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOExplican la historia del fresco elaborado por Alejandro Obregón y Eiver Moya.

El otro autor del mural de Bellas Artes

Según lo explicado por los contratistas que lograron identificar la obra, la misma fue elaborada por dos autores, es decir: un “trabajo a cuatro manos”.

Según la ficha técnica facilitada por los arquitectos a EL HERALDO, el estudiante que colaboró con Obregón fue Eiver Moya, aunque no está claro en qué partes plasmó su pincel, pero había quedado consignada a su nombre hasta que se hizo la investigación.

Lo cierto es que su firma reposaba al lado de la de Obregón en la esquina que se borró con el paso de los años y que podría ser restaurada si se consiguen los fondos para la intervención a esta y otras obras que reposan en la sede de Bellas Artes.