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De cara al Foro de Desarrollo Local de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la ciudad busca visibilizar los progresos alcanzados en pilares como la sostenibilidad, inclusión, innovación, economía y transformación social.

En ese contexto, la inclusión y la sostenibilidad han impactado la vida de miles de barranquilleros a través de estrategias locales como InclúyeTE +, una iniciativa de la Alcaldía de Barranquilla que resalta la necesidad de construir y trabajar en políticas que aseguren una sociedad más inclusiva y equitativa para todos.

A través de un plan de acción concreto y enfocado en mejorar la vida de más de 60.000 personas en condición de discapacidad, se ha venido priorizando la dignidad y el reconocimiento como bases de una sociedad más inclusiva.

A esta estrategia se han unido grandes y pequeñas empresas locales, que reiteran su compromiso social con estas acciones que construyen ciudad.

En el transporte urbano

Transmetro es una de las organizaciones que se ha sumado de lleno al propósito distrital de promover una ciudad donde todos puedan moverse con libertad y respeto, desde su programa ‘Súbete a la Cultura Transmetro’.

De esta manera, personas en condición de discapacidad se han convertido en protagonistas de una transformación social que va más allá del transporte: orientan, educan y sirven de ejemplo vivo de superación y dignidad.

Pedro Guerrero y David Calvo son dos de los 70 trabajadores en condición de discapacidad con los que cuenta Transmetro actualmente. Se encuentran a diario en la estación Joe Arroyo, en la carrera 46 con calle 72, desplazándose de un lado a otro a lo largo de las bahías a través de sus sillas de ruedas, que ya son una extensión de ellos.

Su labor corresponde a orientar a los usuarios, resolver dudas y demuestran con su presencia que la “discapacidad” no se trata de una condición física, sino de una barrera personal impuesta por una sociedad que aún repele la diferencia y niega oportunidades a lo que reconoce como inusual.

David tiene 21 años, pero hace 10 que su vida tomó un giro inesperado: un accidente mientras montaba en bicicleta no solo cambió su cuerpo, sino también la forma en que el mundo lo veía, y hoy, luego de un año y medio de trabajar en el sistema de transporte masivo, asegura: “He logrado romper barreras que por años nos han limitado”.

“Existe una cultura en la que a la persona con discapacidad la ven con lástima, como ‘pobrecito’, y gracias a estas oportunidades las personas se dan cuenta de que somos personas normales. Es muy bueno ver el respeto que me he ganado por parte de los usuarios del sistema y la posibilidad de ser un ejemplo para muchas otras personas que tienen una limitación y aún no se atreven a perseguir lo que les apasiona. Tener una discapacidad no es una excusa para no lograr ser alguien en la vida”, señala.

Para Pedro, quien es 6 años mayor que David, la vida cambió incluso antes de que pudiera recordarla. Su condición se remonta a sus dos años de vida, cuando fue atropellado por un carro que no solo dividió en dos la estructura de su columna, sino también el curso que llevaría su vida desde ese día.

A diferencia de su compañero, Pedro había buscado oportunidades laborales en el pasado, pero todas le eran negadas a causa de su condición.

“Estoy muy agradecido con la empresa por esta oportunidad, porque antes era muy difícil para mí ver que todas las puertas que tocaba en busca de un trabajo estable y una dignidad laboral me las cerraban a causa de mi condición. Para mí ha sido una gran experiencia tanto en lo laboral como en lo emocional, esta oportunidad nos ha brindado una independencia a mí y a mi familia, me siento valioso”, agregó el guía del sistema masivo.

La experiencia en Transmetro

Ahora su rol va más allá de lo operativo. Son educadores indirectos: explican normas de convivencia, promueven el respeto a los espacios de personas con discapacidad y sirven de referencia a cientos de pasajeros que, gracias a su trabajo, ven la diferencia con otros sistemas de transporte del país.

Pero estos beneficios no son unidireccionales. Contratar personas con discapacidad no es un acto de caridad, sino una apuesta estratégica por el talento y el compromiso. Su presencia en el sistema no solo transforma la vida de quienes han encontrado una oportunidad laboral, sino que también fortalece el funcionamiento del servicio.

Así lo explicó la gerente de Transmetro, Liliana Rosales: “Nuestros facilitadores no solo promueven el respeto por las normas, el orden y el pago del pasaje, sino que también cumplen un rol clave en la operación, ya que orientan a los usuarios y reportan en tiempo real cualquier novedad relevante que se presente en el sistema”.

Sin embargo, implementar este tipo de acciones conlleva un gran reto para las organizaciones, pues es bien sabido que este interés de transformación social –especialmente en temas de inclusión– viene llenando las mesas de diálogo desde hace relativamente poco, por lo que aún se está consolidando dentro de los sectores relevantes de la sociedad.

Así lo reconoció la directiva de Transmetro, quien recalcó que “el principal desafío ha sido integrar la inclusión, pues no es una labor concluida; la inclusión se actualiza constantemente, dado que siempre surgen nuevas necesidades”.

En ese sentido, Rosales puso de ejemplo que “algunas estaciones fueron construidas antes de incorporarse los estándares actuales de ley, por ello es necesario adelantar continuas intervenciones técnicas, con la finalidad de adaptar la infraestructura”.

Se presentaron los resultados del censo distrital de discapacitados

En Barranquilla, según datos revelados durante el foro de la Ocde, más de 42.000 personas viven con alguna discapacidad y unas 23.000 personas se dedican al oficio de cuidador, de las cuales el 87 % son mujeres.

Ana María Aljure, gerente de Ciudad, tras la presentación de los resultados, destacó que la ciudad ha venido trabajando para garantizar los derechos de las personas con discapacidad y sus cuidadores.

“Esto es algo que ninguna otra ciudad lo había vislumbrado antes. Barranquilla, con esa visión futurista, visionaria, vanguardista, está viendo en las personas con discapacidad unos talentos que nadie había evidenciado antes”, agregó.

Y recalcó que el sistema de cuidado híbrido que se ha construido en la ciudad cuenta con un enfoque hacia la dignidad y el reconocimiento de esta población.

También resaltó que la capital del Atlántico ha abierto un importante proceso de conversación frente a la relevancia de la economía del cuidado.