Movilizarse por el Corredor Universitario se ha convertido en una verdadera odisea, especialmente para el transporte público colectivo, que enfrenta serias dificultades debido a las obras que se ejecutan desde hace varios meses. A esta situación se le suma el impacto de las recientes lluvias, que han dejado tramos intransitables y enlodados.
Una de las escenas más preocupantes se vivió recientemente en el sector de Le Champ, donde un bus de la empresa Sobusa quedó atrapado entre el barro y el agua estancada. El hecho generó diversas reacciones, sobre todo por tratarse de una vía clave para el traslado de estudiantes universitarios y residentes de Villa Campestre.
EL HERALDO conoció que algunas empresas de buses estudian la posibilidad de modificar sus rutas para evitar mayores daños a sus vehículos. Sin embargo, esta medida podría agravar la situación de movilidad para los centenares de estudiantes que dependen diariamente del transporte público para llegar a sus instituciones educativas.
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Juan Carlos Calderón, gerente de la empresa Alianza Sodis, informó que ante la situación solicitó al Área Metropolitana de Barranquilla (AMB), autoridad encargada de regular la operación del transporte en la ciudad, el cambio en las rutas para garantizar la seguridad de todos.
“Un vehículo de una empresa colega tuvo un percance el sábado pasado debido al mal estado de la vía. Las condiciones empeoran con la lluvia, lo que pone en riesgo a conductores y pasajeros”, explicó Calderón.
La vía aún está en proceso de construcción y, según Calderón, los desvíos habilitados no son adecuados para el tránsito seguro de los vehículos, especialmente cuando se presentan lluvias torrenciales. “La parte entre Le Champ y la Universidad del Atlántico está muy atrasada en las obras. Los desvíos actuales complican mucho la movilidad y con el invierno la situación se agravó”, señaló.
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Como medida provisional, el líder gremial propuso retomar una ruta alterna utilizada al inicio de las obras: tomar la Carrera 46, girar por la vía Prosperidad hacia el Corredor Universitario y llegar a la Universidad del Atlántico por la Calle 59, retornando luego por la misma Carrera 46.
Calderón hizo un llamado a los conductores a extremar precauciones. “Mientras el AMB toma una decisión sobre una operación provisional, les pedimos a los conductores tener mucho cuidado. Cuando caen esos torrenciales aguaceros, muchas veces hay que parar hasta que escampe porque la vía no se ve”.
El gerente reiteró la importancia de priorizar la seguridad sobre la continuidad del servicio y solicitó una pronta respuesta de las autoridades para evitar accidentes que puedan derivar en tragedias.
Opinion de estudiantes
“Todos los estudiantes tenemos que caminar por estas zonas en mal estado, corriendo riesgos. Muchos llegan mojados y llenos de barro”, relató Lady Hoyos, estudiante de la Universidad del Atlántico.
La joven también expresó que, desde el inicio del semestre, no ha habido mejoras visibles en la vía, lo que afecta cada vez más la circulación. “Los estudiantes estamos cansados de que no se nos garantice una movilidad segura”.
Shaila Jaspe, otra estudiante afectada, enfatizó que el mal estado de las vías retrasa los recorridos y aumenta el riesgo de accidentes. “Cuando llueve, los buses se pueden quedar atorados. Me da miedo pasar por la zona del centro comercial, que está toda partida. La seguridad no está garantizada, ni para los estudiantes ni para los conductores”, afirmó.
Farid Fernández, conductor de la empresa Sobusa, manifestó que no han recibido información oficial sobre posibles cambios de ruta. “Ahora sí es difícil. A veces se pierde tiempo y eso nos afecta a todos”.
Mientras las obras avanzan y las lluvias siguen complicando el panorama, estudiantes y conductores esperan soluciones concretas por parte de las autoridades, antes de que el colapso en el Corredor Universitario se vuelva irreversible.
Un equipo periodístico de esta casa editorial visitó la zona y logró constatar la difícil situación que padecen los actores viales. A su vez, se evidencio que aunque hay guías de movilidad para garantizar la seguridad de los peatones, usuarios que esperan su ruta de bus y agilizar el tránsito, estos no siempre realizan sus labores.