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Durante los últimos años, Barranquilla se ha ratificado como el epicentro cultural del país. La ciudad, reconocida internacionalmente por su Carnaval, ha ido ganando terreno con el robustecimiento de espacios para dar rienda suelta a la creatividad, la cultura y el emprendimiento.

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Por medio de una notable evolución en ámbitos como la música, la gastronomía, la literatura y las artes visuales, entre otros, la ciudad se ha adentrado en una dinámica de transformación que ha conllevado a la generación de nuevos empleos y el desarrollo de proyectos innovadores.

La economía creativa ha surgido como una respuesta a la tendencia cosmopolita que se abre paso en la ciudad. Más allá de ser un destino turístico, la capital del Atlántico se ha consolidado como un semillero de talentos, un centro de producción cultural donde cada rincón de la ciudad refleja la riqueza y diversidad de nuestra gente.

Uno de los mayores exponentes de esta evolución cultural es Barranquijazz, un festival que desde su creación –en 1997– ha logrado consolidarse como uno de los encuentros de jazz más importantes en el continente entero.

Samuel Minski, uno de sus creadores, recalcó la importancia de este evento para el enriquecimiento cultural de nuestra ciudad más allá de la movilización económica, pues como él menciona “la cultura no tiene precio”.

Otro de los pilares de la economía creativa barranquillera es la literatura. Uno de sus grandes exponentes corresponde a El Caribe Cuenta, un festival que ha logrado posicionarse como uno de los más importantes de la región por ser un evento que reúne a escritores y lectores de diferentes latitudes del mundo.

“Son 27 años de trayectoria donde se lleva tradicionalmente un festival internacional de cuenteros, que ha incluido dentro de sus invitados artistas entre mujeres y hombres”, sostuvo Zoila Sotomayor, una de sus líderes, en una entrevista a este medio.

Esta ciudad, de energía inagotable, también refleja el sabor de su gente con eventos como Sabor Barranquilla, que reflejan la diversidad culinaria de la región y su conexión con la tradición caribeña. Además, se ha convertido en una vitrina perfecta para emprendedores gastronómicos, puesto que pueden presentar sus productos con gran acogida por parte del público.

Otro espacio de gran arraigo es ‘Sabor Bajero’, una vitrina de la gastronomía y la cultura del Caribe colombiano ubicada en las calles de Barrio Abajo.

Entre las bondades de dicho festival se destacan que diversifica la economía de la comunidad de este tradicional sector de la ciudad, promueve el desarrollo de su economía y aporta en la conservación de las tradiciones culturales y gastronómicas del Caribe colombiano.

El arte y la cultura visual también ocupan un lugar fundamental en este panorama. Las galerías, murales urbanos y espacios alternativos están repletos de obras que narran las historias del Caribe, integrando a la ciudad en una red de arte que amplían el abanico de opciones en este diverso universo.

El cine, por su parte, ha tenido una creciente producción en el plano local, reflejando las historias y tradiciones del Caribe. Barranquilla ha comenzado a posicionarse como un lugar de producción y difusión cinematográfica, donde nuevos realizadores encuentran tanto apoyo en festivales como oportunidades para distribuir sus obras.

Este auge en la producción cultural ha creado nuevos mercados para la industria audiovisual que se está expandiendo a través de plataformas de streaming y festivales internacionales.

Referente en la región

La Fábrica de Cultura y las Casas Distritales de Cultura son dos espacios que han permitido que Barranquilla se consolide como un referente de la industria creativa en Latinoamérica.

Así lo ha recalcado Juan Ospino, secretario de Cultura, quien explicó que el primer proyecto permite la formación de más de 1.700 personas en distintas artes y oficios. Es de anotar que recientemente se adelantó una inversión superior a los $8 mil millones en la Fábrica de Cultura para la habilitación de espacios de desarrollo tecnológico que permitan la creación de contenidos visuales, escénicos, teatrales, danza, musicales, animaciones, virtual fx, prototipado para nuevas herramientas y materiales para creación de artes plásticas y proyección inmersiva.

Esta es una ciudad que se ha constituido como una capital de la industria creativa y no podía dejar de tener un laboratorio cultural. Este espacio va a ser un referente muy importante en el país. En esta ciudad hemos podido generar movilidad artística gracias al talento barranquillero”, resaltó.

Por su parte, las Casas Distritales de Cultura se encuentran presentes en los distintos barrios de la ciudad y “fortalecen nuestra oferta cultural a través de procesos en programas como música, teatro, danza, artes plásticas, cocina internacional, pesca artesanal, entre muchos otros proyectos que benefician a más de 35.000 habitantes de la ciudad, y están organizados principalmente en parques y escuelas públicas”.

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A través de dicha iniciativa se logra impactar a una población muy diversa de los diferentes barrios de la ciudad, principalmente en los estratos 1 y 2 que corresponde a los sectores suroriental, suroccidental y nororiental de la ciudad. Los estratos 3 y 4 corresponden a la zona sur central, al centro y parte del norte.

A través de la consolidación de estos eventos y espacios, la economía creativa se ratifica como un motor de crecimiento económico para la ciudad. De esta manera se recalca, además, que la cultura no es solo un patrimonio intangible, sino una fuente activa de recursos que beneficia a todos.