Triple A detectó nuevos casos de hurto de agua en varios municipios del departamento del Atlántico esta semana. Según la empresa, miles de habitantes fueron afectados por las manipulaciones ilegales de las redes de acueducto.
Los casos se presentaron en los municipios de Baranoa, Polonuevo y el corregimiento de Pital de Carlín, en los cuales se tuvo que suspender temporalmente el suministro de agua durante el tiempo de labores de desconexión de la tubería ilegal.
De acuerdo con Eliana de la Pava, residente de Baranoa, por efecto de las conexiones ilegales “se han presentado bajas presiones del agua en los últimos meses”.
Mientras que Álvaro Araujo, gerente de eficiencia hidráulica de Triple A, mencionó que una de las herramientas claves para identificar este tipo de conexiones es el sistema Pipers, una tecnología canadiense impulsada por Inteligencia Artificial (IA) que permite monitorear las redes de distribución con una precisión sin precedentes. Este sistema ha permitido detectar manipulaciones y fugas de manera temprana, facilitando reparaciones rápidas y evitando que el daño se extienda.
“El uso de Pipers ha revolucionado la forma en que monitoreamos nuestras redes, gracias a ella podemos actuar con mayor rapidez, lo que no solo mejora el servicio, sino que también nos ayuda a proteger el sistema de acueducto de fraudes”, dijo.
Añadió, además que “nuestra misión es garantizar a la comunidad un servicio confiable y seguro. Gracias a la colaboración con las autoridades y al uso de herramientas innovadoras, seguimos combatiendo el hurto de agua para proteger el bienestar de todos nuestros usuarios”.
Durante el año 2024, los operativos de control resultaron en la detección de 17.983 casos de fraude, siendo Barranquilla la ciudad más afectada por este delito.
Sumado a esto, la recuperación de 1.159.670 metros cúbicos de agua ha generado ingresos por más de $8.071 millones, lo que contribuye a la sostenibilidad del sistema
Es de anotar que Triple A ha implementado diversas estrategias para mejorar la vigilancia y prevención del fraude, como la operación de cuadrillas permanentes y el uso de tecnologías avanzadas como georradares y medidores inteligentes. Además, proyectos específicos orientados a la gestión de casos particulares, han permitido una atención más eficaz como Proyecto Zona 8.
A su vez, la colaboración estrecha con las autoridades, como la Policía Ambiental y la Fiscalía, ha permitido desmantelar varias redes ilegales que manipulaban las redes de agua.
