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Una brisa fresca, la noche despejada y los reflejos plateados de la luna menguante son la compañía de una noche que parece que se va a hacer muy corta para las varias decenas de fanáticos entusiastas de Shakira, que ya están entonando las canciones y llegando para acompañarse los unos a los otros en la paciente espera por asegurar un lugar cercano a la diva.

Sin embargo, dentro del grupo de personas que ya se encuentran comiendo, en un picnic obligado por las ansias de ver a la ‘Loba’, hay una figura que destaca. Es como la pieza que no combina en el panorama. Se trata de un hombre de cabello cenizo, lentes y figura longilínea que sobresale entre la muchedumbre.

Su nombre es Gustavo Ceballos, a quien definen como “el mejor papá del mundo”, por haber llevado de la mano a su hija María Isabel, para pasar la noche en los alrededores del estadio Metropolitano junto con el novio de ella, Mauricio, y su cuñada de ella y mejor amiga, Vanessa.

Orlando AmadorLos aficionados han armado varias carpas para pasar la noche a la intemperie.

“Vengo a traerla acá porque viene acampar con el novio, la cuñada y otros amigos y familiares para entrar temprano y ser de los primeros que van a entrar en el concierto”, explicó.

Lejos de lo que muchos pudieran pensar, la idea expresada por su hija y yerno, no lo escandalizó.

“¡Yo me puse feliz! A mí me gusta apoyarla en lo que le gusta. Este concierto de Shakira acá en Barranquilla va a ser una experiencia inolvidable”, manifestó.

Por su parte, María Isabel Ceballos no lo oculta. Desde el año pasado hizo toda una logística con sus amigos. Aunque todo lo planeó meticulosamente, la estrategia se le desarmó rápidamente. Pronto se decidieron a pasar la noche en la fila.

“Desde que supimos del concierto, sabíamos que íbamos a comprar la boleta en VIP occidental, porque queríamos estar muy cerca de Shakira. Hoy a las 7:50 de la mañana, luego de que estábamos súper conectados con lo que cada uno iba a hacer, ya teníamos el cronograma y la lista de todo lo que íbamos a traer y cómo nos íbamos a distribuir, nada de eso salió. Todo ha sido una locura, Barranquilla está colapsada para bien, nada de lo planeado ha salido. Nos vamos a quedar a acampar a pesar de que vamos a acampar y va ser una incomodidad grande, pero vamos a ver a Shakira”, detalló.

Gustavo Ceballos junto a su hija María Isabel, en momentos previos a su despedida.

Así las cosas, ya tenían una carpa y a las carreras compraron la segunda y justo frente a la cámara fotográfica de EL HERALDO procedieron a armarla para pasar la noche.

“Salió sobre la marcha, pero le veníamos pensando hace meses porque veíamos la gravedad de la situación. Todos nosotros hemos planeado no tomar tanta agua porque no va haber baño, pero no importa, todos vamos para delante, el amor por Shakira puede más”, aseguró.

Así las cosas, Gustavo le dejó claro que cualquier cosa está a una llamada de distancia. Pues si lo requieren saldrá de su casa por el sector del Parque Venezuela, para ir presto al estadio Metropolitano.

“La apoyo en el sentido de que tengo el carro disponible. Ya le dije, que sí necesita esto o lo otro, venga lo traigo, que me llame para lo que necesite. El ambiente está muy alegre, la gente muy amena colaborando y armándose más carpas”, afirmó.

La noche, luego de la despedida de papá e hija, está lejos de terminar. Será una experiencia para recordar por siempre, que se podría hacer larga en la ansiedad, pero corta en las melodías compartidas de Shakira.