A 226 días de la implementación del ‘Nuevo Modelo de Salud del Magisterio’ y 142 días desde que José Daniel Rojas Medellín asumió como ministro de Educación, las expectativas de los docentes aún no se han cumplido.
Si bien se esperaba un cambio significativo en la gestión del sistema de salud, los avances han sido limitados, mientras persisten problemas estructurales y una marcada falta de transparencia.
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El modelo enfrenta críticas por una burocracia regional que aunque consume recursos significativos, no ha garantizado mejoras. Fiduprevisora, quien se encarga de administrar los recursos del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag), ha sido cuestionada por manejar información y recursos como si fueran privados, sin rendir cuentas claras ni al Consejo Directivo del Fomag ni a los docentes.
No hay una “claridad” sobre el estado financiero del modelo ni sobre las contrataciones realizadas. Además, la falta de avances en la sistematización y centralización de información ha terminado en problemas como la duplicidad en la entrega de medicamentos y facturaciones, poniendo en riesgo el sistema.
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El Acuerdo 03, que sustenta el modelo, ha sido incumplido en aspectos como la libertad de escogencia de IPS y la apertura de nuevos prestadores. En su lugar, persiste un sistema de capitación disfrazado bajo el concepto de Pago Global Prospectivo, que limita la competencia y la oferta de servicios.
Ante este panorama, expertos llaman a adoptar correctivos urgentes, como una auditoría independiente, para garantizar la sostenibilidad del Fomag, proteger los recursos de los maestros y evitar una crisis que tendría consecuencias graves para el sistema y el gobierno.
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