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Un grupo de mujeres Wayuu de la Alta y Media Guajira, desde 2020, vienen apostando a iniciativas de sostenibilidad y preservación de tradiciones. A través de la creación de mochilas de plástico reciclado buscan recuperar las técnicas de tejido ancestral como el outajushi, que consiste en el procesamiento de materia prima para crear artesanías.

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A esta comunidad de mujeres les preocupaba el uso desmedido y el manejo inapropiado de las bolsas plásticas que contaminaban las fuentes de agua y el ambiente. A raíz de esto, las artesanas identificaron en esos residuos una oportunidad y los convirtieron en su materia prima, procesándola a través del outajushi.

“Hay un grupo de voluntarios que recuperan las bolsas y las clasifican por colores y texturas, luego se cortan en tiras y se une cada una a la fibra de hilo acrílico con la técnica del outajushi, haciendo presión con la palma de las manos y sobre  las piernas, esto lo hacen los hombres y luego las mujeres tejen”, explicó Olimpia Palmar, miembro de la comunidad Wayuu y consultora social de ERM.

En medio de este emprendimiento sostenible, también se crearon alianzas para explorar alternativas que propendan un mayor acceso a fuentes de agua. Con el proyecto Wüin buscan minimizar el esfuerzo de las artesanas en la consecución de este recurso, aumentando así su disponibilidad para la producción y comercialización de los productos tejidos de Kattoui.

En ese sentido, se llevó a cabo un diagnóstico por medio de investigación documental y una visita de campo para delimitar el área del proyecto y su alcance.  Se determinó que hay siete fuentes de agua que corresponden a reservorios naturales y superficiales, los cuales se encuentran dispersos en el territorio: tres arroyos: Walerulia, Julujulumana y Koushalain; tres jagüeyes: Waimpiralein, Polumou, Ipashirain; y un pozo en etapa de construcción, de los que se benefician 197 personas distribuidas en 26 familias.

De acuerdo con la Fundación ERM, cada uno de ellos puede ser usado de dos a cuatro meses al año, obligando a las mujeres a buscar fuentes de agua más lejanas.

El agua es transportada desde la fuente hasta los hogares en envases plásticos de 20 a 60 litros, esta actividad la hacen ellas en compañía de los niños o los jóvenes.  Algunas familias tienen motos que les han facilitado este trabajo, pero en otras se usan carretillas o burros como medio de transporte.

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“Con estas conclusiones iniciará la segunda fase, se apoyará la realización de un estudio hidrogeológico para la identificación de fuentes hídricas subterráneas disponibles en la comunidad de Koushalain-Waimpiralein que puedan ser utilizadas en beneficio de la comunidad. Además se buscará fortalecer prácticas como la protección de los jagüeyes y la instalación de canaletas para hacer captación de aguas lluvias” expresó Martha Peñuela, Consulting Partner de ERM.

Actualmente 80 familias hacen parte de Kattoui, 20 de ellas viven exclusivamente de la venta de las ecomochilas, sin embargo, se espera que con los resultados de la segunda fase del proyecto Wüin, más hogares puedan tener su sustento económico a través de las artesanías.

El trabajo de estas mujeres tejedoras fue reconocido por el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, que les otorgó el premio de liderazgo por consolidar su  “Emprendimiento económico desde la identidad indígena”.