El 18 de octubre de este año fue, tal vez, el día más crítico de la gestión que hacía Barranquilla para ratificarse como sede de los Juegos Panamericanos 2027. El cielo nuboso y las lluvias débiles de Santiago, enmarcaban el ánimo de la delegación colombiana, que había sido citada casi de urgencia al Comité Ejecutivo de Panam Sports.