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Las personas mayores tienen un refrán que en esta ocasión es acertado: 'Téngale miedo a los vivos, no a los muertos', ¿y cómo no?

Cráneos tirados en los pasillos, cajones desmigajados, restos de ropa, esqueletos completos al aire libre, tumbas abiertas, olvido, irrespeto y demás. Todo, productos de manos humanas. El panorama actual de algunos cementerios locales coloca en duda el término descanso, pues a sus instalaciones suele llegar gente 'inescrupulosa' a cometer actos que atentan, según los dolientes, contra el reposo de los fallecidos que yacen allí.

En varios de estos camposantos la práctica de las profanaciones y exhumaciones ilegales sigue en pie. A su vez, muchos ingresan a robar.

Es bien sabido que las visitas para estos días siempre aumentan y que hay quienes con sus propias manos ponen 'bonitas' las afueras de las bóvedas donde tienen a sus familiares.