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El campo es uno de los sectores que contribuye a la compensación de la necesidad de alimentos, a la prosperidad de las ciudades y fortalece la industria y economía de un país. Bajo esa premisa en el Atlántico se trabaja en tres ejes de acción que al final buscan darle estabilidad a la actividad agropecuaria.

El primero busca garantizar el suministro de agua, el segundo la asistencia técnica y compra asegurada; el tercero, el acceso a la financiación.

Pero, ¿cómo se logra tener agua para los campesinos las 24 horas, los 7 días de la semana? La Gobernación responde que con inversiones en los distritos de riego. Un mecanismo que asegura la rentabilidad de los cultivos.

Por otra parte se realiza asistencia técnica para darle al campesino herramientas para fortalecer su labor. En este mismo eje se garantiza que los campesinos por 25 años tengan asegurada la venta de sus cultivos. Como es el caso del limón tahití y la palma.

El último paso es la financiación, un eje que permite que los campesinos puedan acceder a créditos para comprar los insumos necesarios y así lograr cosechas más productivas.

'Buscamos que nuestros campesinos se conviertan en empresarios del agro para que puedan hacer negocios prósperos', dijo el secretario de Desarrollo Económico del departamento, Miguel Vergara.

Al final lo que se pretende es fortalecer la economía del departamento, robusteciendo el trabajo en la zona rural.

Distritos de riego

Sobre el avance del proyecto, la gobernadora Elsa Noguera explicó que de la mano de la Agencia de Desarrollo Rural se logró tener la co-administración de los distritos de riego de Repelón, Santa Lucía y Suan.

Igualmente destacó la asignación de recursos por $27 mil millones, que se usó para recuperar la infraestructura de los distritos de riego, permitiendo contar con una operación más eficiente.