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De la sabana, Adolfo Pacheco trajo su Hamaca grande, para que el pueblo vallenato cante meciéndose en ella; Isaac Carrillo lanzó su lamento por el olvido de La Cañaguatera y Sergio Moya Molina le pidió a La Celosa que no se preocupara si llegaba un poco tarde. Los tres juglares hicieron parte de la noche mágica que vivió el viernes y se prolongó hasta la madrugada del sábado en el Parque de la Leyenda Vallenata.

A la celebración musical se unieron otros exponentes del folclor como Rosendo Romero, Gustavo Gutiérrez, Ivo Díaz y Rafael Manjarrez para homenajear al cantante samario Carlos Vives.

Rosendo siguió cantando versos repletos de verano estando en primavera; Gustavo, Sin medir distancias, busca un lugar del mundo sin odio para vivir tranquilo; Ivo cantó Matilde Lina para que sonriera la sabana; y Rafa Manjarrez cerró con su Ausencia sentimental.

En un espectáculo único, Carlos Vives logró reunir a estos compositores raizales del folclor, dando muestra de su grandeza, con esas letras y melodías que ya casi no se escuchan.

El público en el coliseo Cacique Upar, del Parque de la Leyenda, ovacionó a los autores que hacen parte de la historia musical del vallenato.

'Estoy cumpliendo un sueño, me puedo morir tranquilo', dijo Carlos Vives al entonar con Isaac ‘Tijito’ Carrillo, los versos de La Cañaguatera.

'Están viendo cantar a los juglares de verdad, verdad', dijo Vives al destacar la grandeza de estos primeros compositores, a quienes presentó en un espectáculo para recordar.

Los veteranos músicos interpretaron sus canciones acompañados de la Banda de la Provincia, con el acordeón del rey vallenato Almes Granados.

Carlos Vives se mostró maravillado por las creaciones de los juglares a quienes describió antes de cada presentación en el evento que vino luego de su homenaje en la inauguración del Festival.

El espectáculo contó con enormes curiosidades que cautivaron a los asistentes y a Vives particularmente, como la manera pícara de Sergio Moya de pedirle a su mujer que no lo celara tanto, y que a pesar de ser esta una canción considerada machista, fueran las mujeres las que más la pidieran en sus conciertos.

Ivo Díaz, heredero musical de Leandro, cantó La parrandita y Matilde Lina de la autoría de su padre.

La noche de juglares fue cerrada por el autor del himno del Festival Vallenato: Rafael Manjarrez, puso a vibrar al público, que estando de pie, aplaudió la interpretación del canto que identifica al certamen.