Compartir:

En medio de una fábrica en la que la maquinaria retrata la realidad de un mundo industrializado, una niña juega con su sombra haciendo figuras con las manos, que cobran vida como un ave que con la luz despliega libre su vuelo.

Este recuento es lo que quiso plasmar el muralista Luis Amarís, ganador del Segundo Salón de Artes Plásticas y Visuales del Portafolio de Estímulos en la categoría Mural y Grafiti, cuya obra reposa en lo que será La Fábrica de la Cultura ubicada en el antiguo edificio Coltabaco.

El proyecto que lleva a las paredillas de la ciudad una mezcla de color, belleza y misticismo despierta la curiosidad de los transeúntes que caminan por el concurrido sector de la carrera 50 con calle 40.