Compartir:

Emma y Alejandro no conocen a Joshuah, pero tienen una historia similar. Los tres nacieron luego de varios años de intentos, exámenes y visitas a especialistas. 

Violet Vásquez, de 36 años, y Rodrigo Ramírez, de 39, son esposos y hace unos años decidieron que serían padres. 'Dejé de cuidarme y esperamos un tiempo prudencial. Luego decidí acudir a ginecólogos y todos me decían algo diferente', cuenta Violet mientras prepara todos los detalles para la celebración del primer año de ‘los mellos’, como cariñosamente los llama. 

Entre estudios, tratamientos en la medicina tradicional y alternativa, pasaron siete años. En unos controles notaron que había pólipos, y, posteriormente, agua en sus trompas de Falopio. La pareja decidió congelar los embriones y hacer la transferencia.   

'Me salieron tres ovocitos (célula germinal femenina derivada de la ovogonia y que da lugar al óvulo) y dos habían hecho la división celular correcta. Cuando me hicieron la transferencia acordamos que me iban a poner los dos y me pegaron… ahí están Emma y Alejandro', recuerda.  

Idalis Mendoza, de 45 años, y Boris Borelly, de 42, tenían 12 años intentando ser padres. Joshuah Daniel ya tiene tres meses de nacido, después de tres intentos por esta técnica.

'Mi sueño era ser madre', dice con total convicción Idalis mientras su hijo duerme. Varios procedimientos quirúrgicos le quitaron esa oportunidad, sin embargo 'la esperanza' no la perdía. 

El proceso. La fecundación in vitro (FIV) consiste, explica Guido Parra, presidente de la Asociación Colombiana de Centros de Reproducción Humana y director científico del instituto de reproducción humana Procrear Barranquilla, en que la fertilización del óvulo por el espermatozoide ocurre en el laboratorio y no en el cuerpo de la mujer . 'Posteriormente el o los embriones son transferidos al útero de la mujer (usualmente entre los días 3-5 de haberse fecundado). Por eso inicialmente a los nacidos por esta técnica se les conoció como bebés probeta'.

En la FIV tradicional la entrada del espermatozoide al óvulo ocurre de manera natural, cuando hay pocos espermatozoides o hay dificultades o impedimentos para que eso ocurra 'se usa un micro inyector que permite introducirlo de manera forzada dentro del óvulo para así facilitar la fecundación'.

Investigación

El proceso empieza con una evaluación inicial de la pareja definiendo varios aspectos, tales como el estado hormonal, la producción de ovocitos y la uterina, además de una evaluación masculina a través de un espermograma. 

'Hay un equipo, los psicólogos te dicen que hay que pensar en positivo. Que debes estar convencida que todo saldrá bien, que debe ser fuerte y trabajar todo el tiempo en la mente', recuerda Violet.

En ese sentido, Idalis cuenta que todo está en la fe y las ganas que se le ponga, aunque en algunas oportunidades lleguen las dudas. En su caso, inicialmente eran tres bebés, pero a la semana 13 los gemelos se quedaron en el proceso y, narra, 'acompañaron a Joshuah hasta ese punto para darle fuerza y que él siguiera como un guerrero'.

El doctor Mario Pájaro, ginecólogo especialista en reproducción humana del instituto Inser, señala que el principal riesgo que existe es el del síndrome de hiperestimulación ovárica. 'Se da por la estimulación que se da con hormonas y no hay una correcta vigilancia. Podría tener una incidencia hasta del 10% por lo cual no es frecuente. Las clínicas de fertilidad están diseñadas para eso, hacer vigilancia permanente'.

Los casos graves de este porcentaje se reducirían solo al 1 o 2%, agrega Pájaro.

Usualmente el proceso de investigación toma de 15 a 30 días y posteriormente puede ingresar al estímulo ovárico controlado, que, explican los galenos, usualmente es el segundo día de su ciclo menstrual. En un mes ya la paciente se ha transferido el o los embriones.  

Parra cuenta que inicialmente la FIV se empleaba para las pacientes que no tenían trompas o las tenían obstruidas. 'Hoy en día es un método utilizado para múltiples causas de infertilidad y en algunos países alcanza entre el 3 al 5% de total de los nacimientos, por ejemplo, Holanda y Japón'.

El miércoles pasado Emma y Alejandro cumplieron un año, recuerda Violet. 'Mi esposo y yo pensábamos que  no lograríamos'.

En el caso del pequeño Joshuah la familia Borelly Mendoza dice que es el regalo más grande que han recibido. 'El mejor momento de mi existencia fue el día del nacimiento de Joshuah', asegura Idalis.

No está en el POS

En el 2015 se creó la Fundación Médica Reproductiva cuyo objeto social es aumentar el acceso y la calidad de la atención de este grupo de parejas para que logren intentar al menos un tratamiento que les dé la posibilidad de tener un bebé. Idalis y Boris fueron de las primera parejas en acudir a ellos y empezar su tratamiento. 

Felipe Vergara, médico ginecobstétra y director de Fumrep, asegura que 'calculando las cifras del Dane, casi un millón de parejas en edad reproductiva tendrán problemas a futuro'. 

La problemática está, dice, en que no tenemos cobertura de los servicios de medicina reproductiva. 'Estos tratamientos no son cubiertos por el Plan Obligatorio de Salud, lo que juega en contra de estas parejas'. 

'Se presenta un calvario de injusticia, inequidad y frustración en estas parejas, porque algunas no tienen forma de cubrir estos tratamientos, que al final son la única opción para tener un bebé', agrega. 

Para Pájaro la posibilidad de concebir y el riesgo de la infertilidad también se da por que las mujeres postergan un poco la maternidad y las parejas buscan una estabilidad económica y laboral antes de tener hijos. 

En esto coincide Vergara. 'Entre más temprano lleguemos al diagnóstico y sea más temprana la edad, podremos desarrollar tratamientos más simples y con mejores resultados'.

Violet y Rodrigo celebraron el sábado con su familia y amigos el primer año de Emma y Alejandro, aquellos pequeños que por cada nuevo aprendizaje le roban una lágrima y una sonrisa a sus padres, y que son la manifestación de lo que hace años fue el sueño de ellos como pareja.

Ahora, conscientes de que la edad es un factor que juega en contra de un embarazo libre de riesgo, Idalis y Boris piensan adoptar porque, dice ella, tienen 'mucho más amor para dar'.

Los Obama, una familia in vitro

La esposa del ex presidente de Estados Unidos Barack Obama, Michelle Obama, cuenta en su libro ‘Mi historia’ que recurrió a tratamientos de fecundación in vitro para el nacimiento de sus dos hijas, Malia y Sasha, de 20 y 17 años, respectivamente.

En el texto narra que tuvo un aborto involuntario y posteriormente se sometió a tratamientos para dar a luz a sus dos hijas. 'Me sentí perdida y sola', dijo de aquél primer momento en una entrevista. Afirma que el deseo de ser madre y la carrera de su esposo generó cierto conflicto, sin embargo él 'se leía todos los artículos sobre fecundación in vitro y se pasaba toda la noche hablando de ello'. Fue cuando recordó cuánto deseaba una familia y asumió sola el proceso, pero con su esposo siempre haciendo espacios en la apretada agenda para acudir a las citas. Unas ocho semanas después, dice, oyó los latidos a través del ultrasonido. 'Estábamos embarazados. Aquello era real', cuenta.

Después de un solo ciclo de fecundación in vitro llegó Malia Obama. 'Un embarazo maravillosamente llevadero y sin contratiempos'.