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Poco tiempo después de abandonar la Presidencia de la República en 1904, el expresidente José Manuel Marroquín pronunció una de las frases más cínicas que se conozca en la historia de Colombia: 'Yo no sé de qué se quejan, si recibí un país y entregué dos'. El exmandatario se refería a la separación de Panamá, después de la Guerra de los Mil Díaz, luego de la intervención directa de Estados Unidos, país que terminó pagando una indemnización de 25.000.000 de dólares a Colombia para resarcir en parte el 'daño causado'. Lo cierto es que Marroquín –reconocido por ser vago y mal poeta– tenía razón: recibió un país y entregó dos.

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Pues bien, a Gustavo Petro podría pasarle algo muy parecido, solo que en lugar de devolver dos países, como Marroquín, podría entregar tres o más, todos ellos en manos de organizaciones narcotraficantes y criminales, quienes libran en estos momentos una guerra sin cuartel por quedarse con el control territorial. En todas estas guerras el Estado colombiano es el gran ausente. Nuestras Fuerzas Militares decidieron –¡vaya uno a saber por qué razón!– no combatir, motivo por el cual la población civil se encuentra sometida y sitiada, en medio del fuego cruzado de las organizaciones criminales.

La llamada pomposamente 'Paz total' de Petro es un absoluto fracaso: ni es paz, ni mucho menos total. No hay en todo el territorio nacional un solo lugar donde se pueda vivir con tranquilidad. Ni uno solo. La Región Caribe –desde La Guajira hasta Córdoba– se la disputan todas las organizaciones criminales, entre ellas el Eln, en diálogos con el Gobierno, y el Clan del Golfo, en guerra contra el mismo gobierno.

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Por otra parte, la Región Nororiental –incluyendo el Catatumbo y la frontera con Venezuela– es escenario de una cruenta confrontación bélica entre el Eln, las disidencias de las Farc y el propio Clan del Golfo, grupos criminales que se disputan la hegemonía territorial, así como las multimillonarias ganancias que generan el narcotráfico y la minería ilegal.

Las regiones Suroccidental y Suroriental –incluyendo Valle del Cauca, Cauca y Nariño– están sometidas por el llamado Estado Mayor Central de alias Iván Mordisco y la Segunda Marquetalia de alias Iván Márquez. Son estos grupos criminales los que mandan en esos territorios. Son ellos quienes ordenan desalojar a los soldados de nuestro Ejército Nacional y son quienes intimidan y sacan corriendo nuestros policías.

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Si para algo ha servido la 'Paz Total' de Petro es para fortalecer las organizaciones criminales, que han sabido sacar provecho de la generosidad del gobierno. Estudios, como el de la Fundación Conflict Responses (Core), entre otros, muestran el crecimiento de estos grupos criminales, tanto en número de combatientes, como en expansión territorial. Varios de ellos están llegando hoy a territorios donde antes no tenían presencia, o esta era mínima.

¿Por qué se ha perdido el control territorial durante la Paz Total de Gustavo Petro? ¿Dónde están nuestras Fuerzas Militares y de Policía? ¿Quién defiende a la población civil?