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El DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) define la palabra celo como aquella sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra.

Pero este sentimiento de impotencia se incrementa cuando alguien o algo confirma dichas sospechas. Y eso fue lo que ocurrió este domingo a las 2:40 de la tarde con Yeily Solano, quien se encontraba en su vivienda en la calle 88 No. 2 - 15, barrio Santo Domingo; cuando llegaron dos amigas para informarle que su marido, Jeison Jair Monroy Vargas, de 26 años, estaba con dos mujeres en un estadero ubicado a dos cuadras.

La joven de 20 años, aún convaleciente de una cesárea que le hicieron hace un mes, salió enfurecida con las dos amigas, llegó hasta el lugar y le reclamó airadamente a su marido.

'Él estaba borracho, pero le decía que no estaba haciendo nada malo, que mejor se fuera para la casa. Yeily no le prestaba atención y seguía gritándole a él y a sus acompañantes. Lo mejor era sacarlo del sitio y así hicimos', contó un amigo.

Mientras caminaban, los dimes y diretres entre marido y mujer continuaban y cada vez eran más ofensivos, según contaron testigos.

Cuando familiares lograron encerrar en la terraza de la casa a Jeison, quien había estado ingiriendo licor desde el sábado en la noche, apareció una patrulla de la Policía. Jeison se ofuscó más con la presencia de los uniformados y comenzó a exigirle a estos que se fueran de su casa, pero esto originó lo contrario.

'Uno de los policías se bajó de la moto, se metió a la casa y le pegó un ‘cachazo’ en la frente a Jeison. Él corrió hasta el patio y cogió un palo, pero antes de que se le acercara al agente, este le disparó en el pecho', contó su padre Omar Monroy, aún consternado por lo ocurrido.

Los presentes auxiliaron a Jeison Monroy y lo trasladaron hasta el Hospital Santa María, pero llegó sin signos vitales. El policía fue encerrado por familiares en la misma casa, quienes le reprochaban su acción. Este solo pedía disculpas y rogaba que lo dejaran salir. No obstante, minutos después se apostó frente a la vivienda una turba enfurecida que pedía que lo sacaran para lincharlo.

'Luego llegó el Esmad y hubo un enfrentamiento a piedras con ellos, hasta que tiraron gases lacrimógenos y la gente se disipó', dijo un testigo del hecho.

El comandante operativo de la Policía Metropolitana, coronel José Luis Palomino, indicó que el uniformado ingresó a la casa, porque es su deber cuando alguien está lanzando voces de auxilio.

'Este ciudadano resultó neutralizado con el arma de dotación del policía, situación que amerita una profunda investigación. El CTI y la Fiscalía estarán investigando el caso y haciendo el acompañamiento para esclarecerlo cuanto antes', dijo.

Jeison Monroy Vargas era comerciante de calzado, vivía en la mencionada dirección y era el tercero de cuatro hermanos. Dejó 3 hijos: un niño de 7 años, una niña de 6 y una bebé de un mes de nacida.