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Los 100 mil pesos que le ofrecieron la hicieron subir al ring. No tenía idea de lo que era tirar golpes, pero el cumpleaños de una de sus dos hijas se acercaba y necesitaba el dinero para comprarle un regalo. Así se dio el primer cara a cara que tuvo Jennifer Rodríguez Pérez con el boxeo. No fue amor a primera vista. Eso de andar recibiendo golpes y estar encerrada en unas cuerdas, no la seducía, pero ella seguía en el cuadrilátero.

'Llegué al boxeo por casualidad. Un muchacho boxeador me dijo que si quería competir ante Ángela Marcial, y le dije que sí. Pregunté qué tenía que hacer, y me dijo: móntate al ring, cuádrate y tiras ‘trompá’. En ese entonces me pagaron 100 mil pesos, un 22 de julio de 2012 o 2013, no recuerdo, y mi hija cumplía el 24. Me monté fue por la plática. Hice un show más o menos, pero perdí', cuenta la boxeadora de 29 años.

En aquella ocasión Jennifer se robó las miradas del entrenador Albenio Martínez, quien la convenció para entrenar, pero esto tampoco fue suficiente para empezar un idilio con el deporte de las narices chatas.

'Me vio mi entrenador Albenio Martínez y me dijo que yo tenía capacidades para ser boxeadora, y eso me motivó. Pero peleaba era para perder, me montaba al ring solo para ganarme la plata. Desde hace nueve años vengo entrenando, pero me he retirado y he vuelto al boxeo', cuenta la mujer que es amante de los tatuajes.