El bienestar conyugal no puede entenderse al margen del entorno laboral. Las tensiones, el agotamiento emocional o el desequilibrio entre vida personal y profesional impactan profundamente en la comunicación, el deseo sexual, la empatía y la convivencia. Por ello, comprender los principales riesgos psicosociales del mundo laboral contemporáneo es esencial para promover relaciones de pareja saludables en medio de un escenario laboral cada vez más exigente.
El estrés laboral es uno de los riesgos psicosociales más extendidos. Surge cuando las demandas del trabajo superan los recursos del trabajador para afrontarlas. Jornadas extensas, sobrecarga de tareas, presión por resultados y supervisión excesiva generan una tensión constante que no termina al salir del trabajo.
Cuando una persona vive bajo un estado de estrés continuo, su sistema nervioso se mantiene en alerta. Esto produce irritabilidad, fatiga, insomnio y dificultad para disfrutar del tiempo libre.
En el ámbito de pareja, el estrés se traduce en distancia emocional, pérdida del interés por compartir actividades conjuntas y aumento de los conflictos por temas triviales.
Las discusiones frecuentes, la impaciencia o el aislamiento emocional son manifestaciones del “efecto rebote” del estrés laboral en la relación. En muchos casos, la pareja termina asumiendo el papel de contenedor emocional del malestar, lo que genera desequilibrio y resentimiento.
A continuación te presento una serie de recomendaciones para manejar esta problemática desde la Psicología de la pareja:
-Establecer límites laborales claros: evitar llevar trabajo a casa o revisar correos laborales fuera del horario de trabajo. Aunque la adicción al trabajo no es detectada frecuentemente, al confundirla con la responsabilidad, cada día esta más evidente en nuestra cultura por sus pésimas consecuencias para la pareja y la familia.
-Practicar la desconexión digital: crear rutinas de descanso y espacios sin tecnología. Dejar el celular, la televisión y el portátil a un lado durante periodos dedicados a la recreación y diversión con la pareja.
-Comunicación emocional consciente: expresar claramente lo que se siente, sin atacar o culpar al otro.
-Tiempo de pareja planificado: priorizar actividades conjuntas que generen placer y conexión. La buena costumbre de tener citas semanales con la pareja para conversar de temas agradables es muy útil al respecto. Estas reuniones no deben convertirse en momentos para hacer reclamos porque se disminuirá la motivación para volverse a reunir con la pareja.
- Buscar ayuda profesional: cuando el estrés laboral afecta la relación, la terapia de pareja o la orientación psicológica laboral pueden ser de gran ayuda.
@drjosegonzalez







